domingo, 17 de enero de 2010

Cuchillo y tenedor


Erasé una vez dos objetos totalmente distintios que iniciaron una historia de amor muy lejana en el tiempo y, que desde su unión, hicieron maravillas para los seres humanos. Pues este no es mi caso, día tras día desde tiempos que desconozco tengo una lucha constante con es estos dos utensilios, vamos que no me aclaro. Cortar un trozo de carne con un cuchillo y un tenedor debería ser la cosa más fácil del mundo, pero para mi es toda una odisea. Si cojo el tenedor con la derecha con no puedo cortar bien con el cuchillo y si lo cojo con la izquierda me resulta aún más complicado porque luego para llevarme el bocado a la boca, (nunca mejor dicho) he de dejar el cuchillo, cambiar el tenedor de mano y luego acercarlo a la boca, como os decía, toda una odisea. Durante todo este proceso me pongo nerviosa y tengo la sensación que las personas a mi alrededor observan mi pelea y aún me siento más inútil y me dan ganas de comer con las manos. Pero creo que aún me quedan muchos años de peleas casi diarias con estos dos objetos, todo fuera eso. ¿Hay algó tan común como esto que os torture en vuestra cotidianidad? Dejádme saber.

A reveure.

4 comentarios:

Javier Arriola dijo...

A mí siempre se me olvida sacar la cucharilla del café cuando desayuno en el bar. Un día me voy a sacar un ojo.

closada dijo...

Soy totalmente incapaz de cortarme las uñas con tijeras. ¡Es imposible! Menos mal que existen los cortauñas, que si no debiere dedicarme al atletismo...
Otra de esas vainas curiosas que me pasan es que muchas de las cosas básicas, las realizo como si fuera zurdo, con lo que si me lo prepara un/a diestro/a he de cambiarlo para adaptarlo a este extraño suceso.

Besicos cubiertos

Arkadia dijo...

hazte vegerariana ;)

begusa dijo...

tú misma lo has dicho... la solución está en los dedos...